La niña se hizo mayor

Todo empezó el miércoles 29 de septiembre de 2010 a las 12:55.

Juan Merodio y quien escribe (Jaime Chicheri) llevábamos un año rodando Marketing Surfers. Eramos una Start UP y entre nosotros dos y algunos colaboradores más nos veíamos capaces de gestionar los proyectos que teníamos entre manos sin necesitar a nadie más. La vida nos sonreía.

Unos meses antes, en vista de que el proyecto crecía y podíamos necesitar algo de ayuda, decidimos lanzar una oferta de prácticas. Hicimos más de 30 entrevistas. Ya teníamos a nuestro candidato preseleccionado cuando Juan me envió el siguiente correo:

Turismo y Marketing: a nosotros también nos encajaba, ya que Marketing Surfers inicialmente estaba muy enfocado a este sector. De hecho, tentados estuvimos de llamar a nuestra pequeña empresa “Hotel Marketing Revolution” (¡menos mal que Juan me hizo entrar en razón!).

Así que decidimos hacer una última entrevista.

A mi pregunta “¿Dónde has visto la oferta?” (sólo la lanzamos en redes sociales), su respuesta fue: “Ah, no sabía que teníais una oferta; os vi en internet y os escribí”. Empezábamos mal.

A mi siguiente pregunta ¿“Te sientes cómoda en redes sociales”? le siguió un: “No tengo perfiles en ninguna. Sólo Linkedin, y la uso poco”. Íbamos a peor.

No sé que es lo que hizo que Juan y yo nos decantásemos por ella. Sus titulaciones tuvieron algo que ver, aunque no mucho. Su historia también; probablemente más. Sara es una persona que ha trabajado mucho desde muy joven.

Pero hubo algo que tuvo mucho peso y que, finalmente, fue lo que nos decidió: ese  nosequé (algunos lo llaman “feeling”) que creo tenemos Juan y yo para apostar por determinadas personas (aunque en ocasiones, no lo voy a negar, nos ha fallado). Aún hoy no sabría decir cuál fue, en aquel momento, su cualidad oculta. Pero transcurrido el tiempo, sí puedo decir que acertamos.

Casi cinco años después, aquella becaria ha tenido gran parte de la culpa de que Marketing Surfers esté donde ahora está. Ha preferido ayudarnos a crecer y dedicar estos años a creer en nosotros que desarrollar su marca personal en entornos 2.0 todo lo que le hubiera gustado. Pero al final, Sara (@SaraHerreraLuna) ha conseguido ambos objetivos: su trabajo duro y su esfuerzo por aprender le ha convertido en una persona capaz de montar estrategias de marketing de multinacionales en tiempo récord y también de asesorar a la más pequeña de las pymes con la misma profesionalidad.

Y esto, que duda cabe, ha contribuido a desarrollar su marca personal.

Sarita es mi mano derecha, mi “hermana pequeña”, mi amiga. Una de las pocas personas capaces de hacerme ver mis equivocaciones y reconocer mis errores incluso en medio de un ataque de “cabreo” de esos que tenemos los jefes.

Mañana nos deja nuestra niña. Se ha hecho mayor y ha decidido que terminaba una etapa en su vida para empezar otra que, estoy seguro, va a ser muy ilusionante para ella. Y seguro estoy también de que, allá donde vaya, va a aportar muchísimo.

Mientras escribo estas últimas lineas no puedo evitar soltar unas lágrimas; pero estoy feliz por ella y profundamente agradecido por todo lo que ha hecho por nosotros. Sé que el sentimiento es mutuo.

Para finalizar, diré que poner su foto de CV como imagen destacada de este post no es más que una pequeña venganza por dejarnos.

Te queremos surfera.